Fueron parte de un grave conflicto. Las máquinas expendedoras de boletos formaron parte de los reclamos de los trabajadores del subterráneo hace cuatro años atrás. Bajo el lema "no a las máquinas expendedoras, sí a más puestos de trabajo", los delegados llevaron a cabo uno de los paros más prolongados de la historia del subterráneo porteño, junto a la lucha por las seis horas y la declaración de insalubridad.
En momentos en que Metrovías instalaba masivamente estas máquinas en distintas estaciones, el fuerte reclamo no sólo logró la declaración de insalubridad y las seis horas de trabajo –entre otras demandas– sino también la suspensión de la colocación de más máquinas expendedoras llamadas por la empresa "MAS" (Módulo Autoservicio).
Pasaron los años y actualmente son muy pocas las máquinas que existen, y menos aún las que todavía funcionan. Por ejemplo, cuando se inauguraron en la línea B las estaciones Tronador y Los Incas en 2003 Metrovías instaló en ellas máquinas expendedoras. Incluso siendo recientes, es muy frecuente encontrarse en ellas carteles que dicen "no funciona" o "no acepta billetes, únicamente monedas", e incluso muchas veces sólo se encuentran tapadas las ranuras para insertar monedas y billetes sin ningún cartel explicativo.
La empresa adjudicaba en su momento las cintas que tapan las máquinas o los carteles a "actos de vandalismo de los delegados". Los trabajadores, por el contrario, aducen estos problemas a inconvenientes en las máquinas, pero no quitan el reclamo por su existencia, considerando que "cada máquina es un puesto de trabajo menos".
Ahora, con la nueva línea H abierta al público, al lado de la boletería de cada estación los pasajeros nos encontramos la sorpresa de ver nuevamente máquinas expendedoras instaladas. En las apenas cinco estaciones de la línea H se reparten 22 máquinas expendedoras, número es muy alto si se lo compara con la totalidad de las máquinas instaladas en las otras cinco líneas de subte –producto de lo logrado por los trabajadores años atrás–. Por ejemplo, en la importante estación Congreso de Tucumán de la línea D hay apenas dos de estas máquinas.
En momentos en que Metrovías instalaba masivamente estas máquinas en distintas estaciones, el fuerte reclamo no sólo logró la declaración de insalubridad y las seis horas de trabajo –entre otras demandas– sino también la suspensión de la colocación de más máquinas expendedoras llamadas por la empresa "MAS" (Módulo Autoservicio).
Pasaron los años y actualmente son muy pocas las máquinas que existen, y menos aún las que todavía funcionan. Por ejemplo, cuando se inauguraron en la línea B las estaciones Tronador y Los Incas en 2003 Metrovías instaló en ellas máquinas expendedoras. Incluso siendo recientes, es muy frecuente encontrarse en ellas carteles que dicen "no funciona" o "no acepta billetes, únicamente monedas", e incluso muchas veces sólo se encuentran tapadas las ranuras para insertar monedas y billetes sin ningún cartel explicativo.
La empresa adjudicaba en su momento las cintas que tapan las máquinas o los carteles a "actos de vandalismo de los delegados". Los trabajadores, por el contrario, aducen estos problemas a inconvenientes en las máquinas, pero no quitan el reclamo por su existencia, considerando que "cada máquina es un puesto de trabajo menos".
Ahora, con la nueva línea H abierta al público, al lado de la boletería de cada estación los pasajeros nos encontramos la sorpresa de ver nuevamente máquinas expendedoras instaladas. En las apenas cinco estaciones de la línea H se reparten 22 máquinas expendedoras, número es muy alto si se lo compara con la totalidad de las máquinas instaladas en las otras cinco líneas de subte –producto de lo logrado por los trabajadores años atrás–. Por ejemplo, en la importante estación Congreso de Tucumán de la línea D hay apenas dos de estas máquinas.
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